Figueres y este plato de canelones de Duran, previos a la visita nocturna al Teatro Museo de Dalí, fueron la primera parada de los más de 3 mil kms que este mes de agosto hemos recorrido en coche desde Madrid a Lausanne. Indagando en la historia de este local descubrí que sin pensarlo ya estaba teniendo un primer contacto con la ciudad Suiza.
Resulta que en 1910 pasó de ser el Celler Ca La Teta para convertirse en Duran, un reconocido restaurante de cocina catalana. Más tarde, con el toque francés que los hijos de los fundadores aprendieron en la Escuela de Cocina de Lausanne ¡Sí, Lausanne! y por su cercanía con Francia, el hoy Hotel Restaurante Duran, se convirtió en un referente gastronómico de las diferentes épocas atrayendo a sus mesas desde artistas a militares nazis durante la II GM. También al mismísimo Dalí que como cliente de la casa, dejó algún dibujo que hoy queda impreso en la carta de postres. La próxima vez reservaré mesa en la fonda original que repleta de fotos de ilustres comensales que por allí pasaron, curiosamente permanece como un museo dentro del actual restaurante.
Imposible un punto de partida con más sentido para descubrir la ultima gran obra de Dalí, que fue este Teatro Museo que él mismo eligió y reformó en Figueres, y la deliciosa Lausanne, todo un descubrimiento.
Merece mucho la pena visitar el Museo Dalí de noche. Además de encontrar menos gente, la iluminación y puesta en escena tan daliliana ayuda a entrar en el mundo fascinante y hasta a veces tenebroso del genio de Figueres.
Gracias por la recomendación gastro a mi amiga periodista, Alicia Hernández, que escribe, entre otros, en Con Mucha Gula y Hola Cocina
En Figueres, Girona:
Sitios que guardan grandes historias y una cocina con esencia!