¡Cocina, mon amour!
Son las tres palabras más mágicas que me han dicho nunca. Y las más peliculeras, también. Tanto como aquellos días de marzo de 2020 en los que el mundo cambió.
Aquel… ¡cocina, mon amour! sonó tan rotundo que se lo debo a él.
Mi nombre es Eli Morales. Nací en Granada y crecí en Madrid donde resido en la actualidad. Vivir en un país tan rico y variado, gastronómicamente hablando, que puede presumir de ser abanderado de la dieta mediterránea es una gran suerte. Y una gran responsabilidad…¡hay que practicarla!
Me gusta la vida sencilla, vivir el momento y disfrutar de las pequeñas cosas. Creo que preparar una buena mesa y cocinar algo rico para alguien es un verdadero acto de amor. El mejor abrazo.
Cuando se declaró la pandemia por la COVID-19 en los primeros días de marzo, la cocina fue mi refugio, mi particular sala de meditación y mi mindfulness. Y cocinar el impulso para levantarme y conseguir que cada día fuera diferente. En realidad siempre ha sido una pasión que heredé de mi madre y que en estos tiempos difíciles he disfrutado con calma y sin prisas. Porque a la cocina hay que dedicarle tiempo. Y mucho amor. Ahí está el sabor… en las cocciones lentas.
De haber sabido que esto iba para largo habría hecho un Julia Powell cocinando todas las recetas de Julia Child. Pero de los quince días que iba a durar… ¡pasó un año! Y no he cocinado las 524 recetas de Julia Child, pero sí una ingente cantidad de esas y otras de aquí y de allá.
He leído y releído libros de cocina, he cocinado y re-cocinado el recetario familiar, el mío, el de mis amigos y el de las abuelas de mis amigos. Un año de fogones y experimentos con currys, asados, carnes, pescados, salsas, masas y guisos que me han llevado de viaje por medio mundo. Con el único contacto directo que el de la gente del mercado. Unos sabios.
Tampoco tenía un blog como Powell para contar mi día a día en la cocina pero sí una colección de libretas y notas en libros que si ya me desbordaban antes, ahora… Siempre quise abrir uno para poner orden y contar lo que no podía en los medios con los que colaboraba. Siempre de gastronomía y viajes. Pero ningún momento era bueno para hacerlo. También por pudor. Y mucha realidad ¿Quién me va a leer? ¿A quién le va a interesar?
Ahora sigo pensando igual, sí, millones de páginas estupendas de recetas pero mis amigos quieren las mías. Y esta es una buena manera de compartir. Y de tener las recetas en papel si las quieres imprimir.
¿Qué vas a encontrar en Cocina mon amour?
Recetas y otras historias… de cocina y de todo lo que sucede en torno a ella. Lo normal es que publique mis fotos de lo que cocino, porque no cocino para fotografiar.
Recetas de cocina. Mis recetas de andar por casa, cariñosas, ricas y sin pretensiones. Ni soy ni pretendo ser maestra de nada. Siento que es mi granito de arena para animar a perder el miedo a la cocina, a comprar en el mercado y en las tiendas del barrio. También ideas e inspiración, una de las cosas que más agradecían mis amigos durante la cuarentena.
Creo y practico el “de menos a más”. De un simple bizcocho de yogur puedes hacer una gran tarta. Y de un simple sofrito, lo que quieras. Recetas básicas, nivel principiante.
Me encantan las historias que hay detrás de cada receta. No solo su origen, que también, sino las personales. Una receta es un legado y quien comparte una receta está compartiendo un pedacito de la herencia familiar.
Y otras historias. Aquellas que tienen que ver con el placer de la buena mesa. De sentarnos como comensales, anfitriones o cocineros. De viajes, lugares, curiosidades, cine, libros, arte, menaje, manteles,…
¿Hay algo más bonito que compartir?
Bienvenid@ a Cocina mon amour. Un refugio para disfrutones de la mejor red social, una mesa rodeada de buena gente.
Espero tus comentarios, dudas o sugerencias y, porqué no, tu receta con historia, en eli@cocinamonamour.com