Esta receta se puede aplicar a cualquier pescado al horno
San Pedro, gallo Pedro, Sanmartiño... no creo que sea el pez más bonito del Mediterráneo pero para mí es uno de los más sabrosos. Su carne es fina, blanca, prieta y suave al paladar. Un pez que me traslada a la Costa Brava, al Hostal Empuries una delicia de sitio, por cierto, donde hace años me sirvieron el mejor que he probado gracias a la buena mano del chef, Rafa Peña, del restaurante Gresca de Barcelona.
Porque para comer un buen pescado solo son necesarias dos cosas: que la pieza sea fresca y de calidad, y talento para cocinarlo. Hay cocineros que tienen la habilidad de sacar lo mejor del producto y otros, que también ocurre, lo arruinan directamente. En mi recuerdo queda la maestría de Peña.
Aquí reivindico que perdamos el miedo a cocinar pescado en casa. Me lo planteé como reto y tengo a mi maestro particular, mi amigo Gustavo, un sabio, con el que visito el mercado al menos una vez a la semana ¡qué disfrute! Ahí empieza la misión, sabiendo escoger y comprar. Aplicar un par de técnicas sencillas y controlar el horno, fundamental, porque cada uno es un mundo.
La pescadería de María me ha traído el mar a casa y entre otras piezas ricas, este ejemplar que está en temporada, lo he preparado de manera sencilla, como merece el pescado fresco.
Entero en la bandeja, salado por las dos partes, chorrito de vino blanco, 1/2 vaso de agua, #aove y al horno con ventilador 180° 25 min.
Una ajada por encima: fríes un par de dientes de ajo en láminas y cuando empieza a dorar retiramos del fuego y añadimos una cuchara de vinagre blanco (de manzana).
Acompañamiento. Normalmente unas patatas panaderas y cebolla que se hacen junto al pescado, pero esta vez apetecían unas patatas aliñadas con un alioli de #aove muyyy suave y perejil 🌿👌🏻
El vino, muy fresquito, acompañó de maravilla. Valdelacierva Rosé 2020 de Hispano Bodegas, de La Rioja.