El festín de Babette y las codornices en sarcófago

Escena de la película El festín de Babette

El festín de Babette es una película de culto para los que amamos cocinar y comer. También es la película favorita del Papa Francisco

Porque su ritmo es tan lento como el chup chup de un buen caldo al fuego. Tan lento como contemplar a través del cristal del horno cómo crece un bizcocho. Tan lento como la vida en una pequeña aldea danesa donde busca cobijo Babette Hersant, la protagonista de esta historia basada en un relato de Isak Dinesen (Karen Blixen), autora de Memorias de África.

El festín de Babette
Cine Culinario

Porque una de sus escenas ¡la escena! muestra uno de los festines más suculentos de la historia del cine.

Manteles, vajillas, cristalería, cubertería, vinos, champagnes… y hasta algunos de los ingredientes con los que elabora el menú llegan desde París. Es un verdadero disfrute para el espectador contemplar desde la preparación de la mesa hasta la última copa que se sirve en la cena. O cómo Babette da instrucciones al niño que le ayuda a servir la cena y cómo a su vez, el niño descubre uno de los grandes placeres de la vida.

¿El menú? El menú:

  • Sopa de tortuga, acompañada por un vino amontillado.
  • Caviar y blinis Demidoff acompañados de un Veuve Clicquot de 1860.
  • Ensalada de lechuga, endivias y nueces con vinagreta francesa.
  • Codornices en sarcófago, Cailles en sarcophage, en el idioma del gran Escoffier, codornices rellenas de trufa negra y foie sobre un nido de hojaldre con una salsa preparada con el mismo vino que acompaña el plato, Clos de Vougeot de chez Phillippe, cosecha 1845.
  • Selección de quesos franceses: roquefort, camembert y comté.
  • Frutas frescas: higos, dátiles, uvas, …
  • Tarta de cerezas, frutas confitadas y licor.
  • Café molido, un lujo de la época, con un Marc Vieux Fine Champagne.

Esta película, que refleja la austeridad y el temor a disfrutar frente al gozo de lo material y los placeres de la vida, está escrita y dirigida por Gabriel Axel en 1987. Fue la primera película danesa en ganar el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

«Cuando estuve en París, una vez gané una carrera de caballos. Los oficiales de la caballería francesa me homenajearon con una cena en uno de los mejores restaurantes de la ciudad, el Café Anglais. El chef, sorprendentemente, era mujer. Comimos codornices en sarcófago, un plato que había creado ella misma. El general Galliffet, que era nuestro anfitrión aquella noche, nos explicó que esta mujer, esta jefe de cocina tenía la habilidad de transformar una cena en una especie de aventura amorosa, una aventura amorosa que no hace distinción entre el apetito físico y espiritual.
El general me dijo que en el pasado se había batido en duelo por causa de una hermosa mujer. Pero que ya no había una mujer en París por la que derramaría su sangre excepto por esta cocinera. Tenía fama de ser el mayor genio culinario de su época. Lo que estamos comiendo ahora no es nada menos que «codornices en sarcófago».

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